El próximo sábado desde el Diriyah Arena en Arabia Saudita, Andy Ruíz (33-1 y 22 KOs) enfrentará a Anthony Joshua (22-1 y 21 KOs) poniendo en juego los títulos mundiales del peso pesado, en pelea que se ha configurado como la revancha más importante del 2019.
Ruíz, mexicano de nacimiento, arrebató las coronas mundiales a Anthony Joshua en junio de este año, en lo que se convirtió en una de las sorpresas más inesperadas del deporte, teniendo en cuenta que Joshua llegaba invicto y Ruíz sólo había sido escogido como “carne para el cañón”, siendo el Plan B para la que era la primera salida del británico en Estados Unidos.
Esa primera pelea sorprendió a todo el universo boxeo, pues Joshua llegaba en el podio de los deportistas más importantes de Gran Bretaña, país donde el boxeo tiene mucho protagonismo, ocupando lugares de prestigio e importancia con Harry Kane, delantero del Tottenham y de la selección inglesa y Lewis Hamilton, piloto de F1.
Joshua cayó por TKO, perdiendo su invicto ante un Ruíz cuyo cambio de vida fue del cielo a la tierra, pasando de ser un desconocido a la máxima figura en la división más importante del boxeo: los pesos pesados.
Ambos boxeadores se juegan este sábado más que los títulos mundiales y el prestigio: Su futuro. Si Joshua gana, su carrera volverá al máximo estandar, volverá a reinar y solamente tendrá que pelear para volver a ser el indiscutido peso pesado que, hasta antes de su derrota, era.
Si Ruíz gana, revalidará lo conseguido en Junio y demostrará que su pegada debe ser temida en el peso pesado, donde es rival apetecido para otros grandes nombres, tales como Deontay Wilder y Tyson Fury, máximas estrellas de la categoría.
En pocas palabras: El ganador se lo lleva todo: El perdedor pasará al olvido.