El Ramadán arrancó en este 2022 desde el viernes 1 de abril hasta el domingo 1 de mayo y es obligatorio para todos los musulmanes. Hay excepciones que están establecidas en el Corán: el ayuno no lo cumplirán los enfermos, niños, mujeres embarazadas que estén lactando, también las que se encuentren en periodo menstrual y las personas que se movilicen más de 84 kilómetros en un día. Estos últimos tienen la obligación de cumplir el Ramadán en otra jornada siguiente.
Se pensaría que el ayuno podría afectar considerablemente a los futbolistas de élite. Es inimaginable que un futbolista ayune para un partido de alta exigencia. Sin embargo, hay jugadores que tienen técnicas para evitar que el Ramadán los afecte en su competencia: Están los casos de Mohamed Salah y Sadio Mané, compañeros en el Liverpool, que toman la decisión de no practicar el Ramadán los días que tienen partidos, porque para ellos en esas situaciones están exentos de ayunar. Karin Benzema, delantero del Real Madrid, cuenta con una dieta especial para alimentarse con tartas dulces y frutas, practicando el Ramadán de una forma menos estricta. Y por último, se encuentran Noussair Mazraoui, del Ajax, y el marroquí Nabil El Zhar, de Leganés, que, aunque juegan en un fútbol de alto nivel, no se alimentan ni beben hasta que llega la noche, manifestando que “sienten la fuerza de Dios para jugar mejor”.
El Ramadán no es fácil para los futbolistas de élite, pero en ligas como la Premier League se ha optado por programar encuentros con jugadores que cumplan el Ramadán en horarios nocturnos, para que se puedan adelantar. Es más, han creado espacios para detener estos juegos en caso de que los jugadores musulmanes ya estén habilitados para ingerir alimentos e hidratarse.
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